Sí, así, con título de gala casposa…
Porque me parece que es la única manera de despedir a un año que ha sido una montaña rusa demasiado salvaje. Intentaría hacer un resumen y un balance, pero creo que me entristecería demasiado con algunas cosas, así que me quedaré con lo bueno.
Lo principal y más importante: que ha sido el año en que me he casado con la mujer más especial, cariñosa e intensa que conozco y conoceré. Mi pequeña esquimal. Y que lo pudimos celebrar rodeados de una gran cantidad de personas realmente especiales para nosotros, y casi sólo por eso el año ya ha merecido la pena.
El resto ha estado plagado de buenos detalles que han trufado y mejorado el espíritu y el ambiente bajonil de este 2012: mi encuentro en persona con Javier Pérez Andújar; la consolidación de buenas amistades y el mantenimiento de otras; algunos conciertos y discos geniales como el de Havalina; el descubrimiento de grandes cómics como Los ignorantes o El fotógrafo; el deleitarse con un documental tan enorme como Jiro Dreams of Sushi; el haber aportado mi granito de arena al proyecto 365 Cities con unas cuantas recomendaciones gastronómicas (no todas las que habría querido); el haber ampliado el número de InBlackeados a lo largo del año, aunque aún me queden unos cuantos pendientes para este año que viene…
Veremos qué nos depara el 2013, pero tengo la sensación de que tocará seguir luchando, así que nos pondremos guapos, le daremos caña y, sobre todo, no nos rendiremos: