Me gustarÃa ponerme a escribir algo sesudo, hábil y certero sobre la noticia del cierre del blog Nada Importa, de don Jesús Terrés, pero no quisiera abandonarme a mi lado más groupie–que lo tengo y mucho–, asà que y creo que le dejaré la tarea a cualquier otro de sus fans huérfanos con ganas de seguir y reproducir los pasos de este referente de la escritura hedonista con cabeza. Porque lo es. Un tipo que supo pasar de unos inicios llenos de una chulerÃa que rozaba lo faltón a la par que elegante a conseguir transmitir consejos sobre la vida que no han sido tanto consejos como sentido común para el buen hacer, para no perder el tiempo con tonterÃas y para ser una persona elegante y de bien.
Nos deja un montón de reglas, dudas resueltas –y a veces aún más abiertas– en su consultorio y un montón de savoir faire. Pero ahà quedan, y eso ya es mucho. Sé que le seguiré leyendo en otros lugares, pero esta pequeña despedida me hace aún más consciente del paso del tiempo, ese vértigo que cada vez es más intenso, asà como de la importancia de saber cerrar las cosas cuando toca. Cosa que no he sabido hacer, ni creo que sepa, con este blog.
Jesús, no dudes que brindaré por ese final, que ciertas despedidas hay que regarlas como Dios manda. Gracias por el viaje.
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