Qué rápido pasan las cosas buenas.
Tanto tiempo pensando en el viajazo de este verano, tanto tiempo fantaseando con si todo estaría a la altura de las expectativas y resulta que ya hace tres días que estoy por la oficina, como si todo lo vivido estos últimos veintipico días fuera un sueño, algo que le hubiera pasado a otra persona.
Pero las fotos que hay en mi ordenador me recuerdan que sí, que pasé frío en Santiago de Chile, que buceé y vi los moais en la Isla de Pascua, que me bañé en las aguas más cristalinas que haya visto jamás en la Polinesia Francesa, y que pude ver en persona cuánto mola Panamá, entre otras cosas. Y sí, todo estuvo a la altura de lo esperado. Y más. Quizás hasta demasiado, y eso está haciendo que la vuelta sea dura. Muy dura.
Pero, qué coño, que me quiten lo bailao. Este viaje será fuente de recuerdos y anécdotas durante mucho tiempo, que para algo ha sido la luna de miel postergada. Y cualquier viaje con la Sra. Desenfocado es lo más.
Ahora, a intentar no llorar recordando cosas como esta:
Menos mal que mañana ya es jueves y retomamos la rutina Velcriana…
Responder a tropocolo Cancelar respuesta