Ya lo dije en este tuit: a veces hay que dejar atrás algo para empezar con algo nuevo. Para recuperar sensaciones y volver a ponerte las pilas. Y, cayendo en el tópico hasta la náusea, a veces la solución está en encontrarse algo novedoso y joven para recuperar el vigor y sentirte con ganas de comerte el mundo. Pero ojo, todo esto, fotográficamente hablando, claro. En otros ámbitos, voy más que servido con la Sra. Desenfocado. Que quede claro, señoría…
Y es que, tras más de 10 años siendo fiel a Canon, ha aparecido en el camino algo muy sexy, elegante y esbelto que me ha hecho cambiar de bando: Fuji y sus cámaras de la Serie X. Ay, esa X… Esa letra que tantas bajas pasiones provoca… Pasiones que pude comprobar de primera mano gracias al programa Touch & Try de Fuji, y a la amable y profesional gente de Casanova Foto. (Gracias, Encarna.)
Fue tener esa X-T1 en mis manos durante todo un fin de semana y terminar rendido ante ella. Pesaba poquísimo, tenía un diseño retroelegante, un visor electrónico enorme y sin lag de ningún tipo, y no tenía nada que envidiar en cuanto a calidad a mi 7D, superándola de largo en el tema de la ISO. En ese momento, el gusanillo ya me había picado y, como mi espalda ya me estaba pidiendo que dejara de martirizarla con el peso del equipo fotográfico, sólo era cuestión de tiempo que me agenciara esa nueva cámara que tan buenísimas sensaciones me había producido.
Así que, tras una rápida, breve y resuelta meditación, decidí deshacerme de mi viejo equipo y agenciarme el nuevo –sí, amigos, a veces soy así de creisi–. Eso sí: pese a que estoy encantado con la compra, soy de aquellos que cuidan sus cosas y les cogen cariño (soy poco zen, lo sé), así que aún estoy echando de menos a esa fiel 7D con la que he compartido tan grandes momentos. Vaya desde aquí una salva de fusilería como muestra respeto y agradecimiento.

Momento «Bond» con la 7D.
Pero no es momento para lagrimillas, sino para celebrar que la X-T1 me ha devuelto el gusanillo por la foto espontánea, además de las ganas de salir a fotografiar y a volver a mirar cosas a las que ya casi no prestaba atención. Y eso es bueno, al menos para mí. De ahí a que salga algún fotón, sólo hay un paso. Permaneced atentos, que ya irán cayendo las primeras fotos..
Y a los que esperaban un post más técnico, con muestras y eso, sólo puedo decirles que lo importante es que la cámara es impresionante en cuanto a calidad y rendimiento para el tamaño que tiene. Que mirar por su visor es impresionante. Que el poderla controlar via wifi es una chorradilla que puede resultar útil para cosas concretas. Que, viendo la línea de objetivos que ya tiene Fuji y los que tienen en preparación, creo que no voy a echar de menos tener una réflex en mis manos. Y que, sobre todo, transmite ese factor pasional y sexy de un oscuro objeto de deseo, bonito y bien hecho.
Si tenéis la oportunidad de aprovechar el programa Touch & Try, hacedlo. Seguro que eso os terminará de convencer. U os meterá el gusanillo del cambio en el cuerpo, así que tened cuidado. A mí me pasó.
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