Tener casi escrito un post, borrarlo y volver a empezar de cero porque has encontrado uno que expresa de una forma muchísimo mejor lo que tenías en mente y a medio esbozar.
Eso fue exactamente lo que le pasó a mi post sobre True Detective. Pese a que, tras terminar el visionado de la primera temporada y ver la oleada de reacciones en las redes sociales, casi se me habían quitado las ganas de escribir algo sobre el tema —más allá de los escuetos tuits que lancé en su momento—, cambié de opinión y me puse al lío. Pero entonces leí este texto de Pedro Torrijos para Jot Down sobre el final de la primera temporada y, qué queréis que os diga, lo suscribía casi punto por punto, y se me pasaron las ganas de escribir algo profundo. Así que casi será mejor que le leáis y luego volváis por aquí.
¿Ya lo habéis leído? Mirad que vale la pena, ¿eh? Que don Pedro escribe muy bien, aparte de marcarse esas brasas tan suyas…
Pues nada, que sólo puedo añadir que está bien que una serie sea capaz de generar respuestas tan polarizadas y ganarse ese aura de obra de culto con apenas ocho capítulos emitidos, y que he disfrutado sufriendo con esa atmósfera opresiva y esa tensión que ha ido generando con todos y cada uno de sus episodios. Todo el equipo —desde Pizzolato y Fukunaga (gran dupla de guionista/director) hasta McConaughey y Harrelson (tremendas sus actuaciones)— ha puesto el listón muy alto para una segunda temporada. Habrá que estar atentos…
Por cierto, y como bonus track algo paranoide (y sólo si habéis visto la temporada entera), os recomiendo la particular teoría de José Torralba que apareció en este texto de Zona Negativa. Y es que cada vez me convence más…
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