El tiempo pasa volando.
Y más cuando estás o pasándotelo de miedo o cuando vas estresado. Incluso cuando esos dos factores se dan al mismo tiempo porque estás con los preparativos de tu boda.
Aunque ahora hablo ya en pasado. Todo el tiempo transcurrido desde esto hasta esto otro (y que parecía una eternidad), ha pasado en un suspiro, y ya llevo más de dos semanas casado.
Y al menos a mí me ha molado mucho, sobre todo porque todo salió tal y como esperábamos la Sra. Desenfocado y yo cuando estuvimos planificando las dos celebraciones. Sí, dos: una más íntima para la ceremonia civil y otra más multitudinaria para hacer la gran celebración con una troupe más grande de familiares y amigos.
Los invitados, sus parlamentos, el cariño, la fiesta y la comida fueron geniales. Y si en una ocasión tan especial te quedan momentos tan especiales como este, ya puedes darte por satisfecho:
Y me encanta poder decir, al fin, que soy un hombre felizmente casado.
Deja un comentario